Asertividad
Por la Dra. Isabel Reyes Lagunes. Universidad Nacional Autónoma de México
Cada palabra lleva consigo una vida, un estado, un sentimiento. Carmen Conde (1907-1996) Escritora española
Conozco el trabajo que Mirta y Rolando han desarrollado sobre el tópico del libro que hoy presentamos, hace muchos años, para ser exactos tantos años como tengo de conocer a Mirta, fechas que nos les diré para que todos traten de evitar adivinar su edad.
Pues bien, generalmente, resulta fácil clasificar el libro que uno lee, sobre todo si tiene que presentarlo como un: ensayo, reporte de investigación, manual de prueba, material didáctico, etc. Esta tarea no es tan fácil con el texto actual. Los autores combinan, varias categorías. Espero con mis comentarios clarificar esta apreciación.
Resulta de lo más interesante la forma en que inician su texto, presentando situaciones cotidianas para cualquier lector a partir de lo cual introducen el tema de su interés: La Asertividad. Palabra tan poco conocida que ni siquiera el diccionario incluid en nuestras computadoras lo reconoce. ¿Cómo puede ser esto, si los autores indican que ya a finales de los 40’s del siglo pasado se entrenaba a los sujetos para que desarrollaran conductas asertivas? ¿Será por eso que el diccionario de la misma computadora ahora en inglés, dice assertively? ¿No cómo sustantivo sino como calificativo?
Pero, en fin regresemos al contenido del texto. En el segundo capítulo, se hace un breve recorrido por el desarrollo histórico del constructo donde, en especial me llamó la atención uno de los elementos que incluye Lazarus es su definición de 1973: La habilidad para decir NO. Característica que trajo a mi mente la siguiente aseveración.
Sí y No son las palabras más antiguas y simples, pero las que más requieren reflexión. Pitágoras (582-500 a. de Cristo)
¿Estaría pensando este maravilloso matemático en la asertividad?
Ahora bien la definición de Jakubowsky y Lange (1978) que, de acuerdo con los autores, es la más citada y que parece ser la aceptada por ellos: La capacidad de hacer valer los derechos, expresando lo que uno cree, siente y quiere de manera apropiada, respetando los derechos de la otra persona. Trajo a mi mente un dicho mexicano por demás conocido.
Más vale una colorada que cien descoloridas
Dicho que da pie, a la distinción de Wolpe entre respuesta asertiva como socialmente deseable y la agresión como socialmente reprensible. Permítanme aquí desvariar un poco platicando una anécdota personal con Joe Wolpe, que espero en el siguiente párrafo ya no resultará tan disparatada. Hace un poco más de 30 años, Joe vino invitado a México a impartir una conferencia en un Congreso Internacional de Psiquiatría. Su equipaje no llegó y en él venía su conferencia y apoyos audiovisuales, en ese tiempo muy avanzados, acetatos. Presento su queja, le prometieron que llegaría en el próximo avión, se le entregaría en su hotel. Su conferencia era el día de la clausura, tres días después, por lo tanto, todos y cada uno de nosotros acepta la solución calmadamente. Al día siguiente por la noche aún no había llegado su equipaje. En la mañana del tercer día, cuando aún no había llegado el equipaje y él estaba muy preocupado, le dije que debía de ir a reclamar muy airadamente a la aerolínea y él me contesto, lo haría en Estados Unidos pero aquí No lo creo conveniente. ¿Sensible a la cultura? ¿A la situación? ¡Sí! ¡Estaba en México pero la aerolínea era norteamericana! Pero, no debemos olvidar que él no era norteamericano por nacimiento. ¿Rasgo o respuesta situacional? Mirta y Rolando responden muy bien a esta inquietud en su 2° capítulo revisando la personalidad del mexicano.
El que nace pa’ maceta no pasa del corredor. Dicho mexicano.
Con el tercer capítulo, Tipos de asertividad, los autores terminan con las pequeñas pruebas que, como método didáctico, incluyen en su texto para continuar con el reporte de las diversas investigaciones realizadas en nuestro país. Expeditamente recorren los diversos pasos realizados para conceptuar, no conceptualizar, y encontrar los diferentes estilos de asertividad predominantes en nuestro medio.
Al buen entendedor, pocas palabras. Asertivo directo.
Se lo digo a Juan para que lo entienda Pedro. Asertivo indirecto.
En boca cerrada no entran moscas. No asertividad.
Quizás a este último, para ser positivo, debería incluir al proverbio hindú:
Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.
Los restantes capítulos, con base en la información obtenida en las investigaciones realizadas, enseñan al lector, cómo ser asertivo identificando: cuáles son sus componentes, cuáles son sus impedimentos, cuáles sus derechos y cuáles son las técnicas para lograr este conducta deseable.
A mí, en lo personal, no tenían que convencerme de las bondades de esta característica, pero aún así me convencieron. Porque si logramos entender que:
Como dice Lázaro Carreter, Si cada vez que pronuncias una palabra te preguntas si estas metiendo la pata, es bueno porque tienes conciencia crítica y, según yo, estás aprendiendo a ser asertivo.
No se queden con la tentación, cómprenlo, léanlo y los invito que después lo discutamos. Descubramos que tan agresivos o asertivos somos. De que nos ayudará a comunicarnos mejor ni duda tengo.
¡Muchas gracias, Mirta y Rolando, por esta aportación!
Flores Galaz, M. M., y R. Díaz-Loving. (2004) Asertividad. México: Editorial Manuel Porrúa.